¿Se puede tener un olivo en maceta?
Sí, y no solo se puede… ¡Se ve espectacular! El olivo es resistente, de crecimiento lento y se adapta muy bien a espacios reducidos. Solo necesita algunos mimos básicos.
Clave #1: La maceta correcta
Usa una maceta profunda y con buen drenaje. Las macetas de barro o fibra de vidrio son ideales porque permiten respirar sus raíces sin hacer sauna ahí abajo.
Tip: cambia la maceta cada 2-3 años si ves que las raíces se asoman o la tierra ya no drena bien.
Clave #2: Mucha luz
El árbol de olivo es fan del sol. Necesita al menos 6 horas de luz directa por día. Nada de rincones oscuros o pasillos. Ponlo donde reciba buena resolana o sol de manera bien distribuida.
Clave #3: Riego moderado
Prefiere el suelo ligeramente seco. Riega cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto. Evita el exceso de agua: un olivo con raíces encharcadas es un olivo triste (y propenso a hongos).
Clave #4: Sustrato y nutrientes
Usa un sustrato bien drenado, con mezcla de perlita o arena. Cada primavera puedes darle un refuerzo con fertilizante orgánico, tipo los de nuestra línea Boticario, para mantenerlo fuerte y feliz.
Clave #5: Poda con estilo
La poda mantiene su forma compacta y favorece la ramificación. Pódalo a fines del invierno o principios de primavera. Es como darle un corte de pelo artístico: menos volumen, más presencia.
¿Da aceitunas?
Sí, pero con paciencia. En maceta puede tardar algunos años y necesitarás más de un ejemplar. Pero aunque no dé fruto, vale la pena por el porte decorativo.
Si buscas una planta noble, estética y con espíritu de vacaciones en el Mediterráneo, el olivo es un 10. Solo necesita sol, buen drenaje y una maceta con estilo. Y si es de las nuestras, mejor.